Ríos y arroyos

Río Gobela

El río Gobela nace en el monte Ganes o Gana de Barrika y atraviesa Sopela, donde se le une uno el Muñarrekolanda erreka, que viene de las peñas de Santa Marina (Urduliz). Posteriormente atraviesa los municipios de Berango y de Getxo donde se le van uniendo otros afluentes, entre los que destacan los arroyos Kandelu y Bolue. Aguas abajo y poco antes de desembocar en la ría del Ibaizabal-Nerbioi aporta el Udondo erreka en Leioa. En total recorre unos 9 kilómetros, de los cuales cerca de 5 kms discurren por terrenos del municipio de Getxo. Se trata de un cauce fluvial que atraviesa principalmente áreas urbanizadas, salvo por la zona próxima al humedal de Bolue donde le acompaña un entorno menos antrópico. Inicialmente y de origen natural formaba un amplio valle inundable, la vega, que progresivamente se ha ido urbanizando, hasta el punto de que actualmente apenas quedan pequeñas áreas que no hayan sido severamente alteradas.

A pesar de todo, este cauce es un hábitat prioritario para algunas especies catalogadas, entre las que destacaría el Pez espinoso (Gasterosteus aculeatus), el cual es abundante y fácil de observar desde los puentes que lo cruzan. Otras especies de peces presentes en este cauce serían las loinas (Chondostroma miegii), el barbo de Graells (Luciobarbus graellsii), la anguila europea (Anguilla anguilla) o las alóctonas e invasoras, carpa común (Cyprinius carpio), carpín rojo (Carassius auratus) y gambusia (Gambusia affinis). Además, paseando por sus orillas se puede, entre la vegetación acuática, observar a la gallineta común (Gallinula Chloropus), al ánade azulón (Anas platyrhynchos) e incluso al rascón europeo (Rallus acuaticus). La garceta común (Egretta garzetta) y la garza real (Ardea cinerea) también son habituales por este río, además del huidizo martín pescador (Alcedo atthis) y el estival carricero común (Acrocephalus scirpaeus). Entre los reptiles no es difícil de observar, además de algunas especies exóticas "liberadas", al galápago leproso (Mauremys leprosa) y a las culebras de agua (Natrix sp.). Esta biodiversidad otorga una gran importancia al río Gobela, ya que introduce en el núcleo urbano una gran riqueza natural, a la vez de servir como corredor ecológico para la fauna y la flora.

Arroyo Bolue o Larrañazubi

El arroyo Bolue o Larrañazubi discurre y forma el valle del mismo nombre. Nace en los montes de Unbe y recorre unos 5 kilómetros hasta llegar al río Gobela, en cuya confluencia se crea el humedal de Bolue. Se trata, junto al arroyo Kukuiaga, del cauce fluvial menos alterado del municipio y que conserva aún mayores condiciones naturales. En su ribera todavía se conservan interesantes retazos de aliseda eútrofa cantánbrica, llanuras con pastizales y prados juncales y en las laderas colindantes, además de cultivos de pinos y eucaliptos, aparecen bosques mixtos de robles y otras especies autóctonas acompañantes.

Arroyo Kukuiaga

Por su parte, el arroyo Kukuiaga es un cauce más torrencial y discurre más encajonado y sombrío durante unos 1600 metros hasta juntarse con el arroyo Bolue. El agua de estos cursos discurre más oxigenada y presenta una mayor calidad, lo que posibilita que sea  más común la presencia piscícolas, como los piscardos o "ezkailuak" (Phoxinus phoxinus) o la propia trucha común (Salmón trutta). También se trata de los últimos reductos en el municipio para algunos anfibios acuáticos como las salamandras o las ranas pardas y dónde aún nidifican las últimas parejas de algunas especies de aves ligadas al medio acuático, como el martín pescador.

El arroyo Kandelu es un cauce menor, de unos 1500 metros de longitud que nace en la zona del viejo lavadero de Martiturri y recorre varias campas y prados de Andra Mari de Getxo y Berango hasta tributar en el Gobela. Aunque de escaso caudal mantiene una interesante abundancia de pez espinoso, además de otras especies de peces, anfibios y aves ligadas al medio acuático. Aunque su ribera ha sufrido importantes alteraciones en los últimos años debido a la urbanización, aún funcionaría como pasillo de conexión entre la zona de la Galea y el entorno de las zonas bajas del río Gobela.

La mayor importancia de estos cauces fluviales, de mayor y menor índole que atraviesan los terrenos del municipio de Getxo, no estaría únicamente en la riqueza y variedad de su biodiversidad, sino también en su relevancia como corredores naturales de esa biodiversidad y como pasillos que pueden posibilitar la continuidad, el contacto y el intercambio de los valores naturales entre las diferentes áreas o zonas en un Getxo cada vez más cambiante y amenazado por diferentes procesos antrópicos. De igual manera, la habilitación de un Corredor Natural materializado en torno a estos ejes fluviales permitirá el acceso y el acercamiento de la fauna y la flora rural getxotarra al medio urbano y por lo tanto a la propia ciudadanía.