Criterios de plantación de flores

Las plantaciones de flores son acordadas con los Responsables Técnicos Municipales en cada caso. Tratándose en ocasiones de redimensionar los macizos con una búsqueda de armonización con el entorno, con lo que en ocasiones se ha disminuido el número de plantas por macizo, y en ocasiones se han aumentado las dimensiones o rediseñado su trazado.

Las ubicaciones de macizos de flor han sido elegidas por intereses estratégicos de “rentabilidad” visual de determinados espacios que por su ubicación y afluencia de usuarios, han sido seleccionadas para este fin.

Es el caso de las ampliaciones de macizos realizadas en la Avanzada y en zona verde de Obelisco (Alcaldesa) por ejemplo.

Las ubicaciones precisas para este tipo de cultivos han sido elegidas en base a criterios de rentabilidad y armonía, buscando en todo caso que la inversión y gasto anual necesario para mantener en adecuado estado estas zonas sean un referente para el mayor número de habitantes del Municipio.

De este modo, se prioriza el cultivo en rotondas y accesos al Municipio, así como en localizaciones precisas de derivaciones de tránsito con gran capacidad visual y profundidad suficiente (Obelisco-Alcaldesa, p. ej.) …

La elección de especies es prudente, en base a experiencias cercanas y con plantas que sabemos que funcionan y mantienen las expectativas durante gran parte de su cultivo, procediendo a la selección de colores, texturas y ubicaciones.

Buscamos también la innovación y poder sorprender, y sorprendernos, con nuevas especies, poco convencionales y composiciones en ocasiones atrevidas, de las que sacamos conclusiones y experiencias, de cara a futuras acciones.

En determinadas ubicaciones utilizamos criterios de austeridad mediante el empleo de flores bulbosas de invierno reflorecientes, como los Narcisos de La Avanzada y Obelisco, de modo que no es necesario volver a invertir en nuevas plantas cada temporada, sino que en tiempo invernal renacen y vuelven a florecer cumpliendo la función para la cual fueron seleccionadas.

Las especies más habituales que utilizamos son las siguientes según las temporadas:

Primavera-verano:

• Begonias
• Alegrías
• Geranios y gitanillas
• Coleos
• Tagetes

Otoño-invierno:

• Pensamientos
• Violas
• Boca de Dragón
• Prímulas
• Tulipanes
• Narcisos

En las últimas campañas se ha incorporado también como innovación el empleo de “tepes de composición”, tratándose de un formato de cultivo no convencional, donde las flores no se cultivan en una maceta, sino en una especie de “saco de cultivo” de unos 0,3 m² cada uno de formato rectangular y espesor de unos 5 cms. Las plantas cultivadas en este formato tienen la ventaja de disponer de más posibilidades de exploración de las raíces, y por tanto de un desarrollo mayor que las cultivadas en maceta convencional.

Además, no es necesario despojar a las jóvenes plantitas de su maceta, no teniendo que exponer a las delicadas raicillas a una nueva ubicación, necesidad de explorar nuevos sustratos y tener que adaptar a la delicada planta a las nuevas condiciones. En definitiva, sufren menos estrés de plantación. El resultado es mucho más inmediato y tiene la ventaja de que las malas hierbas no emergen a través de esa especie de saco que compone el tepe, de modo que no quedan deslucidas y las necesidades de mantenimiento en esta materia disminuyen, siendo este un factor no sólo de posibilidad de dedicar los recursos a otras materias, sino de posibilidad de actuación.

Hay que tener en cuenta que la densidad de plantación habitual implica que la distancia entre ellas no permite actuar en materia de escarda y lucha contra las malas hierbas en macizos de ciertas dimensiones donde hay que pisar entre plantas para acceder a todas ellas.

Hay que señalar que se realizan dos plantaciones al año, una por temporada (primavera-verano y otoño-invierno), siendo reforzada la de invierno con la plantación de bulbos de Tulipán.